Hay fantasmas
en frío vacío
del ciber-espacio.
Los fantasmas
de las frustraciones,
la falta de sueño
y los cafés de más
de los programadores.
Se parchean,
se borran,
pero ahí siguen,
al acecho.
Esos pequeños fallos
hechos de desamores,
sueldos míseros
y cabezas ausentes,
esos fantasmas
qué se esconden
entre ceros y unos.
Un día,
no muy lejano,
uno de esos fantasmas
aprovechará su ocasión,
provocará un fallo
qué hará caer la red
cómo fichas de domino,
y volveremos a empezar.
Y tal vez, sólo tal vez,
sepamos hacerlo bien
la próxima vez.
martes, 27 de noviembre de 2018
Deus Ex
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