La nieve sabe salada
como tus frías lágrimas.
Perdido en la ventisca
de éste sentimiento
que ya lleva tiempo frío.
Calentandome cuado puedo
con perfectas desconocidas,
en lo más crudo de tú invierno.
Yo te dejé sin saberlo
y el tabaco me dejó a mi.
Las estaciones se suceden
y tú en tú tren de cercanias
no notas el cambio.
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