Por una vez
y sin que sirva de antecedente,
en este caso impuntual
la excepción hizo la regla.
Me dejas cuando me quieres,
me tomas cuando me desprecias.
Dos gatos negros afortunados
atrapados en esta caja,
en ésta relación de Schrödinger,
dónde no ser nada lo significa todo.
Aquí, en el discontinuo espacio-tiempo,
dónde lo único irrefutable,
es el amor que sentimos
el uno por el otro.
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