Tu ausencia
siempre me deja triste,
como un vestido de verano
colgado en el invierno de tu armario.
Mi boca aulla a la Luna
por no poder besar tu piel,
mis manos,
ociosas,
escriben poemas que nadie lee,
a la espera de poder recorrerte.
Mi cabeza no se habla
con mi corazón
y mi alma,
si es que tengo de eso,
se quedó durmiendo entre tus senos.
Una noche más
tu estas lejos
y pocas cosas duelen tanto
como dormir con tu recuerdo.
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