Recuerdo a los dioses
paseando entre los hombres,
las bombas y el fuego
devorando al mundo.
Recuerdo a los dragones
surcando los cielos
y mares plagados de leviatanes.
Todavía puedo sentir el temblor
de los muros de Ilión al caer
y el aroma de los jardines colgantes.
Pero no recuerdo
el sabor de tus labios
ni el tacto de tú piel.
De todos los pasados imperfectos
el olvido se llevó
el más importante.
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