Tú corazón
como una habitación de hotel.
Aún no salí de él,
cambiaste las sábanas,
se abrieron las ventanas,
lipiaste por encima
y pusiste toallas limpias,
para poder recibir
un nuevo huésped.
De mi sólo quedó
un nombre falso en el registro.
Paso las noches
arrastrando mis maletas,
viviendo la mentira
de que sigo estando en el.
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