Ojalá que por una vez
el papel en blanco
ganara la batalla,
que las musas
no me volvieran a llamar.
Ojalá nunca tuvieras
que salir de mi cama
y que el tiempo
se midiera con tus latidos.
Ojalá pasar el día
entre tus senos
y las noches en vez de escribirte
las pasara haciéndote el amor.
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