Ojalá los sentimientos
fueran una fina prenda
de la que nos pudieramos desprender
al final del largo día.
Poder dejarlos en la cesta
con la ropa sucia
y a la mañana siguiente
empezar de cero.
Sin manchas, ni olor
a sudor y lágrimas.
Algo simple y liviano.
Tener nuestros sentimientos favoritos
guardados en el armario
para ocasiones especiales.
Sentimimentos de temporada,
sentimientos de moda,
dar un look retro a lo que sentimos.
Poder regalarlos
y comprarlos en las rebajas.
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