El vacío,
el temible y frío vacío.
Lo intento llenar
con cualquier cosa:
con mujeres,
con palabras,
con arte,
con belleza,
con drogas
(legales, ilegales,
viejas y nuevas).
Pero ahí sigue,
entrando de madrugada
a robarme algo
que ni siquiera tengo.
En la soledad de la noche
da igual cuantos castillos,
cuanto dinero,
cuantas amantes tengas.
Seas rey o villano,
antes de despuntar el alba
sentías su beso en tu cuello.
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