La vida para castigarme
me puso en tus finas manos.
Desgarra una vez más
mi maltrecho corazón
con las las largas uñas
que yo mismo te he pintado.
Derramaré una vez más
mi semilla pensado en ti
en la en la oscuridad de tú ausencia.
Te sacrificaré todos los días
por un pedazo de tú carne,
moriré para resucitar
en la cruz de tú indiferencia.
Por favor, sólo una vez más,
ámame como yo no te he amado.
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