Los colmillos,
pese al desuso,
aún los conservo.
Nací con el pelaje
hacia dentro.
Cazo por deporte
y cuanto más como
más hambre tengo.
No soy un hombre,
pero la mayoría de las veces
hasta lo parezco.
Cambie por asfalto
mi tranquilo bosque,
la luna por tú blanca piel.
Soy el gran lobo malo,
feroz y encantador
del que previenen
las madres y los cuentos.
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