Éste extraño sentimiento
que nos ata y rodea
que nos presiona
y hasta inmoviliza.
Entrelazado, complejo
y a la vez bello.
Éste bondage sentimental,
al que jugamos
desde hace demasiado tiempo,
sin condón, ni tijeras.
Nos atamos el uno al otro
con la mismas cuerdas,
pero nunca juntos.
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