viernes, 18 de octubre de 2013

La Venus sin nombre.

No me dijiste tu nombre,
pero nos conocimos
muy rápido y profundamente
en el baño de mujeres
de un garito de mala muerte.
Bendito pacto de soledad,
deseo, humo, música
y el calor de la noche.
Puede que no fuera amor,
pero se le parecía.
En ese rincón sucio
el roce no hizo el cariño,
pero nos dimos,
y vaya si nos dimos
un buen atracón de carne.
Te marchaste sin despedirte,
tampoco es que importara,
pero hay noches que pienso
que ojalá supiera como te llamas.

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