martes, 29 de abril de 2014

Vacío.

Escribo con palabras
tan vacías como yo mismo
en nombre de una belleza
que sí alguna vez poseí
no supe conservar.
Todo lo bello es eventual,
frágil en un segundo
de la más breve eternidad.
El motivo de todo esto lo pierdo
como sí unas llaves fuera,
para encontrarlo luego
dónde jamás se le espera.
¿Quién necesita motivos
quedando algo de corazón?
Mi falsa humildad
me prohíbe buscar una razón
que de sentido a mi mundo
y mate la magia de lo que soy.
Que el viento de levante
al llevarse mis palabras
hinche mis velas.
Quizá la mar me regale
lo que no encontré en la tierra.

Otra madrugada más.

Otra madrugada más
bailando con el teclado,
jugando con las palabras
hasta que me pille el sol.
Recuerdo otras madrugadas
en la fría compañía de un arma
con las estrellas recordandome
dónde estoy y que soy.
Las he tenido peores,
frías y eternas al son
de los sonoros ronquidos
de mi compañero de celda.
También las hubo
muchísimo mejores
en la más cálida y suave
de las compañías.
Sí el sol me ha de pillar
mejor que me pille follando
que jugando con rimas
que no importan a nadie.

lunes, 28 de abril de 2014

Reflejo.

Cuantos bellos rostros
has tenido a lo largo
de mis días y de mis vidas.
Cuántas veces has hecho
latir mi negro corazón
y cuántas otras
lo has roto en mil pedazos.
Has tenido más colores
que la paleta de un pintor
y cuerpos tan distintos,
pero siempre esa suavidad,
algunas veces hasta fuerza.
Me pareces siempre la misma
pero sólo es mi reflejo en ti.
Hoy te vas, ayer viniste,
mañana volverás sin ser tú.
Yo que te he hecho especial
y con gran dolor puedo destruirte.
Quizá no pueda
y al olvidarte muero yo,
tampoco es que importe mucho.
Sé que no será hoy,
que esto no es un adiós
y que estos nunca son
los últimos versos que te escribo.

sábado, 26 de abril de 2014

Viejos desconocidos.

La carne se enfrió
y el viento arrastró
mis tristes versos al olvido.
Barridos y escondidos
bajo la alfombra,
junto con todas aquellas
palabras de amor
que nos susuramos al oído.
Sin una muerte heroica,
sin una última batalla,
casi sin darnos cuenta
todo estaba perdido.
Y esos hermosos ojos
en los que tantas veces me perdí,
me miraban otra vez fríos,
como a un viejo desconocido.
Sí hay algo más triste
que un largo adiós,
es el no molestarse en decirlo.
Te lo dice alguien que
nunca supo despedirse,
ni callar, ni rendirse,
y nunca supo vivir sin ti,
ni tampoco contigo.

jueves, 17 de abril de 2014

18 de Abril

Nacisteis el mismo día y lo único que tenéis en común es mi viejo corazón. No se dormir sin una y otra me quita el sueño. Sois demasiado para compartir un poema pero cabéis justo en lo más hondo de mi. Dándome aliento y quitándomelo. Mi fría musa, mi cálida mujer. Mi pájaro azul, mi conejo blanco. Me dais la vida y me la partís en dos.

Cita en Macondo.

Sólo conocí de ti
las huellas negras sobre blanco
que dejaste a tú paso
y sin embargo fuiste
fiel compañero en mi camino.
Me acompañaste en la felicidad,
en el día, en la noche, en la cárcel.
Escuche tus palabras,
no con los oídos,
pero sí con el corazón.
Siempre viviras
en toda biblioteca que se precie.
Te dedico estos tristes versos,
no como un adiós
si no como un hasta luego.
Nos volveremos a encontrar
como siempre en Macondo,
querido maestro Gabo.

jueves, 3 de abril de 2014

Buscando lumbre.

Te perdí
como el que pierde
un mechero en la cama.
Yo con un cigarro en la boca,
tú a escasos centímetros
y lo mismo hubiera dado
que estuvieses al otro lado
del puto mundo.
No te encutro,
no hay lumbre.
Es el simil más real y triste
que he podido imaginar
para definirnos.
El mechero lo encontré,
me fumé el pitillo,
pero a ti te sigo buscando
mientras duermes a mi lado.

Verso a verso.

Soy plenamente consciente
de que nací con la sensibilidad,
pero sin la constancia,
ni el talento necesario.
Cree asombrosos prestigios,
sin molestarme en aprender
el más simple de los trucos.
Cuanta tecla apretada
simplemente porque creí
que podría hacerlo
sin poner el alma en ello.
Cuanto de mi he dejado
perderse en un papel
o en una cascada pantalla.
¿Y para qué?
¿Por ti?¿Por mí?
¿Por mí enorme ego?
Tal vez me miento a mi mismo
con palabras rebuscadas
o simplemente intento
pasar página verso a verso.

Estoy vivo.

Quizá sea de esas personas
demasiado sensibles
para este crudo mundo
o simplemente es la excusa
que me he montado,
para justificar el cabrón
egoísta y autocomplaciente
en el que el tiempo
me ha convertido.
Soy prisionero de la belleza
que nunca poseí
y sólo tengo como guía
un remendado corazón
tan lleno de rabia como de amor.
Vivo para odiar al hombre
porque me da pena,
para desear a la mujer
porque no la comprendo.
Escribo porque no conozco
otra sucia manera
de mantenerme cuerdo.
"El Arte es morirse de frío"
Como siempre me dijo mi padre.
Ese frío duele y al final
es lo único que me recuerda
que estoy vivo.

martes, 1 de abril de 2014

Otra vez.

Otra vez aquí,
en mi pequeño hábitat
de cemento, carne y asfalto,
alimentadome a desgana
de las naturaleza muertas
pintadas en muros de cal.
Acunado en la vacía compañía
de mis ausencias
me arrastro poco a poco
para seguir inmutable,
como la sombra que proyecta
un reloj de sol
en una noche de luna llena.
Quizá mis palabras,
mis sentimientos y mi vida
no tienen sentido para ti.
¿Pero que lo tiene?