lunes, 13 de febrero de 2012

Ñ

Tuve empacho de gloria
bajo tus inmemoriales estandartes.
Me helé de soledad y sombra
en tus destartaladas cárceles.
En tus innumerables fiestas baile,
disfrute y bebí hasta artarme.
Bajo el rojo de tus atardeceres ame
tan generoso como inconstante.
Patria siempre dividida,
hija de mas de mil padres.
Madrastra buena y querida,
exigente y desentendida madre.
no te abandonare porque eres mía;
Nunca dejare de amarte;
aunque solo me des miseria y compañía
y no merezcas ni una gota de mi sangre.

                           Picassent, otoño de 2011.

Garras

Durante una noche de otoño
a través de una ventana
que deja abierta en mi dormitorio
se coló una joven y grácil gata.
Sin saber porque ni como
cada noche se metía en mi cama.
Con caricias y ronroneos, no solo
se gano un puesto entre mis sabanas,
si no que poco a poco
me robo el corazón y el alma.
Y me pregunto desde mi chabolo.
¿Donde dormirá mi felina amada
ahora que de noche hace frió
y no estoy en casa?
la vida carece de sentido
sin tu piel suave ni tus garras.