domingo, 4 de mayo de 2014

Redoble.

Puedo perder
todo lo que amo,
todo lo que tengo,
toda esperanza.
Pueden caer
mis ídolos,
mis banderas,
mis dioses
de sus viejos pedestales
y hasta el mismo cielo
sobre mi loca cabeza.
Pero mi remendado corazón
seguirá latiendo
con más o menos fuerza,
pero sin perder el ritmo.
Hasta puede que otros
se le unan
en un redoble tan fuerte
que no dejé escuchar
las vacías palabras.
Ese viejo redoble
que seguiré siempre
hasta que un día
mi corazón se pare
y los latidos
de los que me sucedan
sigan redoblando
mientras quede un hombre justo
que no se rinda,
ni tema perder una guerra.

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