lunes, 3 de agosto de 2015

Ansiedad.

Como un caballo
de carreras encajonado
en la parrilla de salida
de la puta vida.
Como un león enjaulado
viendo pasar gente apetitosa.
La inactividad me encadena,
como a un lobo
esprando a devorar la luna.
Aún conservo el sabor
de la sangre de un dios
en mis colmillos y la boca.
Me muero de hambre
acurrucado en los lazos
que unos a otros nos atan.

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