domingo, 14 de agosto de 2016

Exiliado

Te veo por la calle
mas bella que nunca
y me siento como el exiliado
que ha vuelto a un patria
que no reconoce.
El viento me trae tu aroma
dulce como el del azahar
de los campos de naranjos
que poblaron mi infancia.
Tu ojos siguen brillando
como el día en que te conocí.
Esas piernas perfectas
que una vez me rodearon
andan con firmeza
alejándose de mi.
Pasas sin verme
y yo sin saber dónde nos fuimos,
ni a dónde irás.
Hasta siempre
mi hermoso fantasma.

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