viernes, 4 de mayo de 2012

Confesión.


-Perdóneme padre porque he pecado. Hace veinte años, seis meses y veintidós días que no me confieso. Se el día exacto por que me confesé por ultima vez antes de casarme y he de decir que ese día fue pantomima. Nunca me he confesado de verdad. Nunca me he sincerado con dios, ni con hombre alguno. Jamás he abierto mi alma, si es que alguien como yo posee algo así.
“Pero hoy es diferente. He pasado por delante de su destartalada iglesia, antes impresionante, no lo dudo. No he podido dejar de reparar en que este santo lugar es un claro símbolo de su credo en decadencia. Me ha invadido la nostalgia y me he acordado de mi pobre madre. De su fe inquebrantable. De cuando esta me decía que Dios tenía algo muy especial para cada uno de nosotros. Que todos somos especiales.
“Parece que el plan de Dios para ella consistía en morir como un perro de forma prematura, tener un marido que le pegaba y engañaba, engendrar hijos que la despreciaban y ser una pobre ignorante.
“Perdón me estoy desviando. El caso es que he entrado y he visto el cagadero que se empeñan en llamar confesionario y no me he podido resistir. Disculpe mi lenguaje pater, pero no estoy acostumbrado a hablar con franqueza, de hecho no estoy acostumbrado a cruzar mas de dos palabras con alguien seguidas. He usado esa palabra tan malsonante por que así es como usa la gente esto. Viene, deja sus mierdas mas oscuras y vergonzantes, y se va limpio.
“Estése tranquilo, este no es mi caso. No me trae aquí compartir la vergüenza, ni la redención. Simplemente me trae a este lugar lo que su nombre indica, la confesión. El mostrarme tan y como soy ante usted y ante Dios. Soy un hombre gris, en mi vida he destacado en nada y quiero que siga siendo así.
“Tengo una mujer que me adora y lleva años tirándose a un compañero de trabajo a mis espaldas. Tengo dos hijos. Uno que es un triste que me roba dinero para gastárselo en video juegos, porque el único amor que conoce a sus diecinueve años, es el de su mano derecha. Eso si se cree un genio. La otra lo mas suave que hace los fines de semana es hacer mamadas a cambio de un par de rayas. Esa es mi encantadora familia. Como todo el mundo confunden ser anodino con es estúpido. Pero me conviene así. Me es provechoso mantener esa mascarada. Son la tapadera perfecta. Dorian tenía su retrato, yo tengo mi vida pintada en gris.
“Creo que estoy siendo un tanto críptico y le pido disculpas por ello. Ilustraré mi relato con una historia. Parece un rodeo pero iré directo al grano. Se lo aseguro. Tena siete años y no tarde en aprender la lección de que ser diferente era malo. Eso de de que los niños son puros es una falacia. Los niños son unos pequeños hijos de puta crueles y sin moral alguna. Quizá algún filoso alemán llame a eso pureza, pero permítame discrepar.
Además del estrabismo y el asma, tenia otra cosa que me hacia diferente. Mi don divino como lo llamaba tan dulcemente mama. Era inteligente, más allá de todo canon. Era un niño prodigio. Lo cual solo hizo que se me odiara con mayor ímpetu por parte de los otros niños. Entonces empecé a vislumbrar la importancia del gris.
“Pasaron los años. Aprendí a fingir ignorancia. Cosa que es mas difícil de lo que parece. Pero mi alter ego no me libro de los matones, había uno en particular que me atormentaba de forma constante. Se llamaba Carlos. Un día decidí hacer algo al respecto.
“De camino a mi casa había una casa abandonada. Los niños mas mayores se colaban en ella a jugar a la botella y a otros menesteres de pre-adolescentes. Carlitos la conocía por que ya rondaba los trece, yo tenía un par de años menos. Con la excusa de un recado salí tarde de mi casa y prepare la futura escena de mi primer crimen.
“Al día siguiente le di un motivo para venir a por mi. No es que esa bestia de hormonas latentes necesitara excusa alguna, es que no quería arriesgarme a que nadie me estropeara la escena y por tanto el plan. Fingí huir de el y el me siguió hasta la casa. Le saque la ventaja suficiente para que me siguiera sin problemas, pero que al mismo tiempo pudiera ultimar el plan. Dentro de la casa había un viejo pozo, algo hoy impensable, pero mas común de lo que se cree en esa época. Ese foso estaba simplemente recubierto por una tablas que la tarde anterior quite y rompí. Deje una de mis zapatillas y mi mochila al lado del pozo. Agarre un trozo de madera y me escondí. La escena era convincente para un cazurro de trece años, un pozo con las tablas rotas y restos personales al lado. Ese desgraciado había visto la suficiente tele para atar los cabos. Pensaría que me caí al pozo y sentiría deseos de asomarse por puro morbo. Entonces al darme la espalda yo y mi precaria arma eliminaríamos una molestia.
“El proyecto de imbécil llego y se comporto como el buen perro de Pávlov que era. Ateste el golpe con precisión cirujana y cayó. Sin pena ni gloria cayó. Sin dramatismo ni nada por el estilo. Simplemente se hundió en el fondo para no volver jamás. Luego recogí mis cosas y salí corriendo pidiendo ayuda. Ahí fue cuando descubrí el autentico poder del gris. Nadie me culpo ni de lejos, al contrario. Pero los pormenores no importan.
“Y eso fue solo el principio. He violado toda ley humana, natural o divina. He matado y he hecho cosas mucho peores. Me considero un sibarita secreto del mal y la depravación. Soy el diablo vestido de gris y la gente hace algo peor que desconocer mi existencia, la ignoran deliberadamente. Sus egos les vendan los ojos. El mal no esta en las llamas del infierno, sino en la tibieza de los corazones de los hombres. Soy lo que esta entre el alfa y el omega. Soy la multitud silenciosa. No soy nada y por tanto nadie me teme.
“No crea que le cuento esto por ego pater. La carencia de el es lo que me ha mantenido libre y vivo durante décadas. Le cuento esto por que como le dije, hay cosas peores que matar a otro hombre y destruir su fe es una de ellas. ¿Cómo se siente al saber de la existencia del mal mas absoluto y no en la oscuridad, sino en la penumbra? ¿Qué puede hacer por detenerme?¿Violar sus votos?¿Denunciarme?¿Cree que serviría? ¿Saldría de ahí y se encargaría de mi con sus propias manos?
“No. No hará nada de eso. Primero se engañara a si mismo no creyéndome. Luego rezara por que mi confesión no sea verdad. Y tarde o temprano la culpa y la frustración lo devoraran. Si existe un dios con un plan, yo soy su ángel de la muerte gris. Adiós pater.

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