domingo, 22 de junio de 2014

Cómplices

Te llevo en mi piel
porque la vida nos ha separado.
Eres cada día
mi primer y último pensamiento.
Pasaría por cien infiernos
sí eso te supusiera el cielo.
Sangraría hasta la última gota
de mi sucia sangre
porque tú no sufrieras
ni un misero rasguño.
Estaría sólo toda mi vida
porque tú siempre estuvieras
en buena compañía.
Pero no puedo protegerte,
ni siquiera sé de ti.
Sólo espero
que además del color de ojos
hayas heredado mi rabia,
es lo que éste mundo
jamás nos podrá quitar
y te hará levantarte
todas las veces que caigas.
Lucha hija mía
que no te vuelvan a quitar
lo que nadie nos podrá devolver.
Vive está vida injusta
de la que siempre seremos cómplices.

No hay comentarios:

Publicar un comentario