sábado, 16 de agosto de 2014

Horror Arcano. Prólogo.

La noche ha caído
como un viejo y polvoriento telón.
Ha caído sobre ti a plomo,
ni la electricidad, ni la vela
pueden protegerte
de lo que la oscuridad alberga.
Lo sientes detrás de ti,
no lo oyes, ni lo puedes ver,
pero sabes que está.
Algo antiguo y fiero,
algo más viejo que tú mundo,
está ahí detrás de ti,
en lo más profundo de tú ser
te lo repites una y otra vez.
Sólo puedes seguir andando,
rezar porque fingir que no está
tal vez te proteja de ello.
De vez en cuando reúnes valor,
te giras y crees las mentiras
que te dicen tus sentidos,
pero tú corazón te dice la verdad.
Ahora sólo puedes oír
tus propios latidos,
fuertes y rítmicos,
como tambores en la jungla.
Todos tus miedos infantiles
hechos carne incorpórea te acechan.
No te servirá de nada cubrirte
con una colorida sabana,
da igual que mire bajo tú cama
o que cierres la puerta de armario.
Está ahí y tiene hambre.
Caminas bajo las farolas
pensando que te protegerá su luz.
La amarilla incandescencia compite
con el velo azulado de la Luna.
El único testigo de esa escena
de horror y caza.
Llegas a tu portal y tu mano temblorosa
consigue meter la llave en la cerradura.
La puerta se abre, ya estas a salvo.
El miedo ya pasó
y ese miedo era tu única defensa.
Sus blandos tentáculos,
sus afiladas garras de hielo
y sus húmedas fauces
se cierran sobre ti.
arrastrante a la oscuridad
que hay en tú interior...
 

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