Ya no se muere
ni se mata por un verso.
Ya no se lucha por ideas.
Las palabras
no valen ni un euro
y nadie ama
a la madre tierra.
Hace tiempo
que se puso el sol
en este triste reino,
que ya no conoce dios.
Ya no vivimos
a sangre y fuego
y el viejo tercio
dejó de remendar
la piel del tambor.
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