martes, 1 de abril de 2014

Otra vez.

Otra vez aquí,
en mi pequeño hábitat
de cemento, carne y asfalto,
alimentadome a desgana
de las naturaleza muertas
pintadas en muros de cal.
Acunado en la vacía compañía
de mis ausencias
me arrastro poco a poco
para seguir inmutable,
como la sombra que proyecta
un reloj de sol
en una noche de luna llena.
Quizá mis palabras,
mis sentimientos y mi vida
no tienen sentido para ti.
¿Pero que lo tiene?

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