jueves, 17 de abril de 2014

Cita en Macondo.

Sólo conocí de ti
las huellas negras sobre blanco
que dejaste a tú paso
y sin embargo fuiste
fiel compañero en mi camino.
Me acompañaste en la felicidad,
en el día, en la noche, en la cárcel.
Escuche tus palabras,
no con los oídos,
pero sí con el corazón.
Siempre viviras
en toda biblioteca que se precie.
Te dedico estos tristes versos,
no como un adiós
si no como un hasta luego.
Nos volveremos a encontrar
como siempre en Macondo,
querido maestro Gabo.

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